EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Todos tenemos esperanzas y ambiciosos deseos para nosotros y otras personas para el futuro. Son nuestras percepciones de lo que creemos que es mejor para nosotros y otros que creemos que nos satisfará a todos.
Debemos tener cuidado de no inculcar nuestras ilusiones en los demás y asegurarnos de que se alineen con la Palabra de Dios ante todo para su vida.
¿Qué dice Dios y Su Palabra? Dice que debemos tener “sustancia” y “evidencia” para respaldar nuestra ilusión de lo que “sentimos” es la manera correcta. Dios es claro acerca de Su voluntad esparcida por todas las escrituras.
“La fe es la certeza de lo que se espera, la evidencia de lo que no se ve”. (Hebreos 11: 1)
Las provisiones de Dios están en Sus promesas, y todas se encuentran en Su Santa Palabra.
Nuestra ilusión de lo que podemos pensar que queremos a veces puede descarrilarnos. Necesitamos un plan a seguir. Una guía que alinea nuestra vida con lo que Dios quiere que sea. Por lo tanto, todos nuestros deseos o anhelos deben basarse en nuestra esperanza en Dios por fe.
Nuestra esperanza se basa en la actuación de Dios sabiendo que Él es fiel a Su Palabra, la cual logra todo lo que Él le ha asignado.
Ya no tenemos que desear cosas, simplemente podemos creer que Sus promesas son verdaderas y sabemos por medio de la oración que Él responde.
Mira quién oró y sucedió …
Moisés oró a Dios y el Mar Rojo se partió. (¿Te imaginas si Moisés se sentara a la orilla del océano deseando que sucediera? ¡No! Él oró, creyendo lo que sabía que era verdad acerca de Dios y ¡sucedió!
¡Daniel oró y los leones no lo devoraron!
No te limites a desear que algo suceda. El deseo no te lleva a ninguna parte. ¡Ten fe, esencia de tu creencia! Al creer lo que quieres que suceda, en obediencia, de acuerdo con la Palabra de Dios, Él dice que sucederá.
“Todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré” (Juan 14: 3).