12 de julio del 2022

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
Si vivimos lo suficiente, todas conoceremos a alguien que está enfermo y necesitado de “sanidad divina”. Incluso podemos ser nosotras.
Es difícil entender por qué Jesús sana y a veces no. Cuando se siente como si Él estuviera dando la espalda y mirando hacia otro lado cuando no recibimos respuestas inmediatas a nuestras oraciones, es difícil no sentirnos decepcionadas. Tal vez incluso enojadas.
Por favor entiende; mientras nos enfocamos en la enfermedad no curada, el daño y el dolor que sucede en nosotros y a nuestro alrededor, Dios se enfoca en un panorama más amplio. Él quiere que nuestra relación con Él sea saludable.
Dios nos dirige a saber de qué manera podemos ofrecer ayuda a nosotros mismos y también a los demás mediante el entendimiento de Su Palabra. Podemos ayudar a otros cuando conocemos Su Palabra con…
…la presencia del cielo
…la esperanza del cielo…
…la fuerza dada por Dios que hemos experimentado…
…el consuelo que recibimos de Él cuando las lágrimas fluyen y el corazón duele…
….la capacidad de hacer frente a la pérdida…
No depende de nosotros decir si una persona vive o muere, pero depende de nosotros tener una relación con nuestro Señor, que es tan importante.
  Tener una relación con Dios tan cercana y con un propósito puede ofrecer ayuda a otros y eso es divino. Podemos ayudar a otros a sobrellevar el ahora, incluyéndonos a nosotros mismos. Podemos ser las manos y los pies de Jesús. Es una oportunidad dada por Dios, disponible a través de una relación con Él y Dios desea que TODAS nosotras como Sus hijas tengamos una con Él. Esto nos prepara para ayudar con la “esperanza divina” que podemos ofrecer a alguien que está en necesidad de “curación divina.”