8 de septiembre del 2022

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
“Mi libertador”
Vivir en la esclavitud no es un lugar en el que ninguno de nosotras quiera estar. Dios lo sabe, pero ¿nosotros?
Dios no habría enviado a Su Hijo si no necesitáramos ser librados de algo. ¡Pecado! El pecado nos mantiene en esclavitud. Nos mantiene en un estado de ánimo sin esperanza.
Jesús nos instruyó a orar, “Líbranos del maligno”. (Mateo 6:13)
Solo tenemos que pedirle a Dios cuando necesitamos liberación.
  Recuerdo una vez que clamé en mi cama hace muchos años: “¡Dios, por favor quita esta adicción, no puedo parar por mi cuenta o con mis propias fuerzas! ¡Te necesito, te necesito Dios!”
 Él escuchó mi oración. Él me rescató. Solo tenía que pedírselo y confiar en Él.
“Llámame a mí en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. (Salmo 50:15)
Soy la prueba viviente de que mi libertador ha salvado mi alma, me ha sanado y me ha llevado a un lugar en el que ahora puedo servirle de todo corazón y glorificarle.
Abraza la certeza en tu propia vida de que cuando le pides ayuda a tu libertador en lo que sea que estés enfrentando hoy, Él está allí.
“Perseverad en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis a estar sujetos al yugo de servidumbre”. (Gálatas 5:1)