EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
“Hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora invoco al cielo y la tierra para que sean testigos de la elección que haces. ¡Ojalá escogieras la vida, para que vivieses tú y tu descendencia!” (Deuteronomy 30:19)
En cada estación, oculto en cada elección, en cada paso y en cada momento, está el potencial de alimento o veneno, de vida o muerte.
Por difícil que sea enfrentarlo, y oh, odio pensar en ello, a veces, por cualquier razón, nos saldremos del camino nutritivo de Dios y hundiremos nuestro pie en el lodo y el desorden de nuestra propia humanidad. Desearemos no haberlo hecho.
¿Qué debemos hacer cuando nos encontremos cubiertos con evidencias de nuestro antiguo yo, nuestra antigua vida?
Dejamos caer nuestros pies en la vasija y le pedimos a Jesús que lave nuestro desorden. Nos humillamos y le pedimos que nos perdone nuestros pecados y nos limpie de toda maldad. Nos levantamos de nuestro arrepentimiento con la plena seguridad de que somos perdonados y libres.
Envuelve tu corazón alrededor de la promesa de que eres amada y has sido hecho nueva.
La vida es iniciativa de Dios, tanto en la creación física de la vida como en el camino que Él ha abierto a la vida eterna a través de Jesús. Cada vida humana es de inmenso valor para Dios. La humanidad fue creada para la vida, no para la muerte. Elige la vida. 🩷