EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Hay muchas cosas que podemos hacer para mantenernos firmes cuando azotan las tormentas. Elijo estar sola y tranquila con Dios. Rara vez pido la opinión de los demás durante estos momentos, pero soy solo yo. Voy directo a la fuente de mis respuestas: la Palabra de Dios.
Cuando luchas contra la desesperaciĂłn, la desilusiĂłn y la incredulidad, es posible que te sientas atraĂda hacia el mundo y lo que te ofrece. Las personas pueden tratar de influir en ti y las cosas pueden distraerte, pero no dejes de lado lo que sabes que es verdad. Ancla tu alma a las promesas de Dios.
No te apresures a buscar atajos que te alejen de la tormenta. Esté dispuesta a enfrentar la tormenta con lo mejor de Dios para ti. ¿Cómo sabrás qué es eso?
No escuches la voz del enemigo cuando Dios parece estar en silencio. Deja que el ancla de tu alma apriete tu agarre y permita que Él te vea a travĂ©s de la tormenta. Recuerda, cuando te apoyas en la palabra de Dios, Él respalda Sus promesas con honor a Su nombre. Él es tu ancla. HumĂllate y haz el trabajo de sortear tus obstáculos. Dios te dará la fuerza para resistir.
Recuerda en la oscuridad lo que Dios te dijo en la luz.
“Me habrĂa desanimado si no hubiera creĂdo que verĂa la bondad del Señor en la tierra de los vivientes”. (Salmo 27: 3)
Creer-fe-confianza.
Ancla tu alma. Recuerde, podemos perder de vista a Dios, pero Él nunca nos pierde de vista.