22 de enero del 2022

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
¡Entrenémonos para aprender a orar en lugar de luchar! Cuando estamos en situaciones que hacen que nuestra presión arterial suba, necesitamos tomar un descanso y llevárselo a Dios. Tuve que poner esto en práctica durante las vacaciones mientras lidiaba con otros a través de una crisis profunda.
Afortunadamente, he aprendido a apagar mi ira cuando la oposición viene hacia mí. Dios y su palabra me han equipado para hacerlo. Me doy cuenta del punto en el que empiezo a escalar y luego opero en mis travesuras carnales de mal comportamiento, así que ahora puedo apagarlo. No debo darle al enemigo ningún espacio para robar mi testimonio de quién soy en Cristo. Necesitamos conocer nuestros puntos de quiebre y alejarnos de ellos.
Debemos entender que tenemos la capacidad de apropiarnos del poder de Dios para luchar contra el enemigo que viene hacia nosotros y nos hace querer luchar. Escuchamos mentiras familiares cuando alguien se nos opone y eso puede alimentarnos a una escalada de ira en lo más profundo. Es un desencadenante del que debes estar consciente. Cuando esta ira alcanza su punto máximo, se rompe y puede volverse peligrosa y pueden estallar peleas.
Nuestros primeros pasos son aprender a desinflar la ira y correr a Dios en oración. Cuando estamos tan envueltos en Dios, nos liberamos de lo que está escalando frente a nosotros. Puedes detenerlo.
No agregue combustible al fuego durante un momento de calor. Deténgase y luego comience a orar por la otra persona que lo amenaza. Sí, orando por ellos así como por ti.
“Os habéis despojado del hombre viejo con sus obras, y os habéis revestido del hombre nuevo, que se renueva en el conocimiento conforme a la imagen del que lo creó”. (Colosenses 3:9-10)
Dios dice que nuestros primeros pasos son para estar a su lado. Busca Su rostro y ponlo a Él en primer lugar. ¡Aprende a hacer esto! Evita pelear. Evite las discusiones y la ira. Cuando nuestra propia imagen está tan envuelta en Dios, podemos desinflar cualquier pelea que venga en nuestra contra porque somos “libres”. Somos liberadas en Cristo señoras. ¡No importa quién quiera pelear con nosotros o lo que digan! Apártate, vuélvete a nuestro Señor y entrégaselo a Él por completo.