16 de julio del 2021

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Escritor invitado de York, Pensilvania: Docente de liderazgo del Dr. Jia Conway-WWL. “Así es como peleamos nuestras batallas”
“Me postro ante tu santo templo y doy gracias a tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad, porque has exaltado sobre todas las cosas tu nombre y tu palabra”. (Salmo 138: 2 ESV)
¿Alguna vez sintió que atravesó una tormenta solo para encontrarse mirando la siguiente y ni siquiera ha tenido un momento para recuperar el aliento?
¿Alguna vez sintió que no tenía la energía, la fuerza y ​​los medios para superar un desafío, prueba o tribulación más?
¿Alguna vez has sentido que todo y todos los demás se están moviendo a una velocidad constante, pero ahora estás atrapada en la zona del crepúsculo donde nada en tu vida se mueve como debería, como debería o incluso normalmente como debería?
¿Alguna vez sentiste que Dios no te escuchó cuando pediste un momento para recuperar el aliento? ¿Respirar? ¿Inhalar y exhalar? ¿Sólo ser?
Mientras reflexiono sobre los últimos 90 días de mi vida, ni siquiera sé cuándo comenzó la batalla, y definitivamente no recuerdo haber tenido un momento para celebrar la victoria de la batalla antes de tener que vestirme para la batalla. el proximo. Sin embargo, lo que sí recuerdo es detenerme, calmarme y silenciarme para escuchar a Dios recordarme: “Aunque camino en medio de la angustia, tú me preservas la vida, extiendes tu mano contra la ira de mis enemigos, y tu derecha mano me libra “. (Salmo 138: 7 ESV).
Hermanas, quiero recordarles esta asombrosa declaración de Dios para preservarnos y librarnos en medio de nuestras pruebas, problemas y tribulaciones. Quiero animarte a que te enfoques no en estar en la batalla, sino en la postura que has tomado para pelear la batalla. ¿Cómo estás librando la batalla para la que te sientes tan mal preparada? Hermanas, la Palabra declara que debemos luchar inclinadas hacia el santo templo de Dios y dar gracias.
¿Cómo peleamos nuestras batallas? ¡En ADORACIÓN, ORACIÓN Y ALABANZA! Debemos dar gracias incluso cuando la tormenta parece rodearnos, porque Dios responde a la fe de nuestra lucha, nuestra confianza en Él en la fuerza de nuestra alma y nuestra postura de seguridad de que el Señor cumplirá su propósito para nosotros, y que su misericordia perdura para siempre.