14 de agosto del 2022

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
¿Estás en una lucha hoy? Me encantaría animarte si lo estás. Dios sabe que eres lo suficientemente fuerte para ganar cualquier batalla que enfrentes, pero ¿lo sabes?
Podemos estar gozosas y contentas una vez que sabemos que hemos logrado nuestro trabajo al que Dios nos llamó y luego descansar en lo que Dios HARÁ.
El enemigo usará el trauma, la culpa y la vergüenza contra ti para detenerte antes de tu victoria, así que ten cuidado.
Muchas veces batallamos contra las acusaciones que vienen en nuestra contra dentro de nuestra lucha, a veces causándonos culpa, vergüenza y dolor.
¡Si estamos en Cristo, somos perdonados! DEJA de creer la mentira que ronda a tu alrededor de que el sacrificio y la victoria de Jesús no fueron suficientes para ti.
A menudo, por defecto, sentimos dolor o culpa por la mentira que creemos sobre nosotras mismas, ¡pero lo que debemos hacer es confiar en el poder sanador de Jesús! Sólo Él puede ganar cualquier batalla en la que estés. ¿Puedes creer eso con todo lo que hay en ti?
¡Tal vez no puedas relacionarte con una batalla tan drástica en este momento, pero ora por otros que están en ella! Con tantas mentiras golpeando a las personas que ya están luchando, es posible que se hayan acostumbrado a creer mentiras y ni siquiera se den cuenta de cuán convincente es el enemigo. Ora por los demás. La batalla es real.
Si eres tú quien está luchando, pídele a Dios que te libere de todos tus miedos en cualquier confusión en la que te encuentres. Pídele que te llene de alegría radiante.
Lee el Salmo 34:4-6 y conoce que en tu desesperación y tiempo de oración al Señor, Él te salvará de todos tus problemas. Su Palabra es poderosa y verdadera. Llama a Dios y por favor lee esta escritura…
 “Oré al Señor, y él me respondió. Me libró de todos mis temores. Los que acuden a él en busca de ayuda estarán radiantes de alegría con alegría; ninguna sombra de vergüenza oscurecerá sus rostros. En mi desesperación oré, y el Señor escuchó; me salvó de todas mis angustias”. (Salmo 34:4-6)