EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
Como mujeres que aman y se preocupan por nuestras familias, muchas de nosotras tenemos corazones “ansiosos” por todo lo que puede suceder en la vida de nuestras familias día a día. Muchas de nosotras nos preocupamos hasta el punto de no funcionar bien.
En primer lugar, Dios nos dice que no nos preocupemos por nada. Luego nos dice que oremos por todo con corazones agradecidos.
Incluso cuando pensamos en todos los peligros específicos que “podrían” ocurrir en la vida de aquellos a quienes amamos, debemos confiar en Dios y pedirle que los proteja de todo peligro. Dios promete “A sus ángeles te encomendará, para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te sostendrán, para que tu pie no tropiece en piedra” (Salmo 91:11,12).
No sé ustedes, pero eso es un consuelo total para mi corazón. Cada uno de nosotras tenemos ángeles de la guarda que nos protegen, para velar por nosotros, enviados por nuestro Padre.
Pero los accidentes suceden, incluso a las personas piadosas, y cuando suceden, son repentinos e inesperados. La oración por la protección de nuestras familias debe ser continua, ¡pero la preocupación no!
Si te preocupas, si te encuentras ansioso a lo largo del día, ora específicamente en esos momentos por el miembro de la familia que te preocupa y para que Dios los mantenga a salvo de cualquier accidente, enfermedad, peligro o mala influencia. ¡Solo ora! Entonces, ten la seguridad de que se lo diste a tu Señor en oración. ¡Descansa en eso! Ten paz y confía en Dios y quita cualquier control al que te aferres, no está en tu control, dáselo a Dios.
El que habita en el lugar secreto del Altísimo morará bajo la sombra del Aligerado. Diré del Señor: “Él es mi refugio y mi fortaleza; mi Dios, en Él confiaré”.
(Salmo 91:1-2)