EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Solía luchar contra las inseguridades. La principal de mis inseguridades fue mi incapacidad de confiar plenamente en Dios. Aprendí a superar mis inseguridades al revisar mi vida con Dios y pedirle que me mostrara por qué era insegura.
Uno de los principales problemas de inseguridad es la timidez. La autoconciencia es cuando estás enfocado en ti mismo.
Esto me hizo darle una mirada brutal a mi problema. ¿Qué está diciendo esto? ¿Soy egoísta porque estaba preocupado por cosas mias?
Cuando nos enfocamos en nosotros mismos, no amamos a Dios ni amamos a los demás ni les mostramos que son más dignos.
Filipenses 2: 3 nos dice que no hagamos nada por ambición egoísta o engreimiento, pero que con humildad consideremos a los demás más importantes que nosotros.
Tenía que darme cuenta de que la vida que estoy viviendo no se trata de “mí” sino “se trata” del Dios que me ama y me ama tal como soy.
Mi justicia es lo que agrada al Señor, no todo lo que trato de hacer y trato de hacer perfectamente. Él no podía usarme donde estoy hoy hasta que me llevó a través del “campo de entrenamiento” de entregarle mis inseguridades y aprender a entregar cada inseguridad a Su control.
“Todo lo considero perdido por el inmenso valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor” (Filipenses 3: 7-8).
Mi enfoque se convirtió en Cristo y solo en Cristo. No dudemos de la seguridad que tenemos en Cristo y solo en Él. Dios está en control. Podemos hacer cualquier cosa a través de Él. No tenemos el control.
Su verdadera seguridad vendrá cuando reconozca que Dios suplirá todas sus necesidades de acuerdo con Sus riquezas y gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
Dios sabe lo que necesitas y te equipará a medida que camines en Su camino.
Dios te mantendrá en perfecta paz si tu mente está enfocada en Él y no en ti misma.
Es muy reconfortante para mí poder compartir esto con ustedes. Una vez que comprendan de dónde vienen las inseguridades, podrán volver a entrenar sus mentes y concentrarse solo en Cristo.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)