EMPODERANDO VIDAS CON PROPÓSITO:
Uno de los mayores obstáculos que enfrentamos en nuestra vida de oración es el desánimo. ¿Cómo oramos cuando estamos deprimidos y completamente sin coraje? Es difícil concentrarse.
Podemos ver el desánimo de muchas maneras, como en un matrimonio roto, un miembro de la familia que no nos habla, un hijo rebelde, una enfermedad crónica, una gran deuda que no podemos pagar, y la lista continúa. Problemas a largo plazo que parecen tentarnos a preguntarnos, ¿de qué sirve? ¿Por qué incluso oramos? ¿Cuántas veces levantamos las manos y decimos olvídalo… u olvídalos…?
¡¡¡Um!!! No no no….
Combatir con la Verdad: podemos encontrar nuestro aliento en el Señor y lo podemos encontrar en la oración!!! Por favor, nunca te rindas.
Cuanto más nos atraiga nuestro Señor y Salvador, menos nos centraremos en el desánimo por otras cosas que no podemos controlar. Dios está en control. ¡Habla con Él sobre todo! Él necesita saber de nosotros. Necesitamos entenderlo, saberlo, creerlo. Dios tiene tu espalda y Él tiene la mía.
Ocupémonos y mantengámonos enfocados… ¿por qué?, ¡porque el Señor viene! El desánimo puede ser una trampa para disuadir nuestro enfoque. Esta es una declaración para recitarnos a nosotras mismos todos los días.
Oren con entusiasmo cada día. ¡El Señor cuidará de ti!
“Pedid al Señor que llueva en primavera; es el Señor quien hace las nubes de tormenta.
Él nos da aguaceros y plantas del campo a todos.” (Zacarías 10:1.) Dios abre el camino cuando parece que no hay salida. CONFÍA.
Hoy, estoy orando por cada uno de ustedes que están desanimadas y con el corazón quebrantado, le pido a Dios por sanidad. Dios sabe quién eres.