EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
(Deuteronomio 4:36) NVI
“Desde el cielo te permitió escuchar su voz, para instruirte. Y en la tierra te permitió ver su gran fuego, desde el cual te habló.”
La palabra de Dios es un anillo de fuego que nos rodea y purifica nuestros pensamientos para que estemos alineados con Su voluntad.
Ese fuego nos vuelve a conectar a Su luz resplandeciente para que la oscuridad del pecado huya, y nuestros cuerpos sean refinados y moldeados para parecerse más a Él. En nuestra desesperación, encontramos una sensación de paz al saber que nuestras cargas, cuando las ponemos a Sus pies, nos darán el descanso que necesitamos para tomar decisiones claras y elecciones sabias.
Podemos perdonar porque nuestro corazón está lleno del amor de Dios. Somos capaces de detener la voz de la negatividad porque estamos en sintonía con solo escuchar la voz de Dios y somos redimidos porque creemos que Dios puede hacer todas las cosas.
Somos preciosos a sus ojos y no podemos hacer daño que Él no perdonará y ayudará a superarlo. Él es nuestro pilar de fortaleza cuando estamos débiles y nos sentimos agotados por el peso de nuestras emociones y Él es nuestra esperanza cuando todo lo demás falla.
Entra en ese reino del fuego de Dios y Él quemará todas las iniquidades, toda la culpa, todo tu dolor, toda la confusión, todas las inseguridades y todo el miedo. Él purificará tu alma para que todo lo que veas sea Él.
A raíz de tu transformación, te aferrarás a Su verdad y estarás en paz con el amor con el que Él te cubre. Todas sus luchas cesarán cuando se encuentren al cuidado de un Padre que nutre y ama a Sus hijos con Su amor incondicional.