20 de abril del 2021

by Kimberly Hobbs 

Eres un hermoso hijo de Dios con dones florecientes que Dios te ha otorgado con tanta gracia. Hacer tangibles sus dones requiere acción.
Nuestro Dios imparable tiene Sus gracias pululando a nuestro alrededor en tantas áreas de nuestra vida, permitiéndonos usar nuestros dones. Si no estamos atentas, podemos perder las oportunidades que se presentan para ejercitar estos dones.
A Jesús le encantaría volver y dar lo que el enemigo ha robado, Su misma presencia. Su presencia proporciona el epítome del gozo para que podamos ejercer los dones inmerecidos de Su misericordia. Ambas tenemos dones. Tienes un regalo. Tengo un regalo. ¿Sabes cuál es tu regalo?
 Dios desea que usemos nuestros dones, sean los que sean, para servirle de todo corazón. Para ejercitarlos en su presencia cada día. Cada uno de nosotros tiene dones diferentes.
Nuestras vidas están destinadas a una relación restaurada con nuestro Señor para que finalmente podamos ir a casa al cielo para estar con Él. Al compartir cada uno de nosotras los dones que Dios nos ha dado con el mundo, permitimos a otros la esperanza de disfrutar el cielo algún día como lo deseemos, si hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador. Por favor, no te quedes sentada en su regalo. Compártelo. Comparte a Jesús con el mundo a través de los dones que Dios te ha dado.
“Ahora tenemos esta luz brillando en nuestros corazones, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja en claro que nuestro Gran Poder proviene de Dios, no de nosotros mismos”. (2 Corintios 4: 7)
Trabajará a través de ti para poner en práctica el don que Dios te ha dado.
“Me concentro en una cosa: Olvidando el pasado y mirando hacia adelante a lo que nos espera, sigo adelante para llegar al final de la carrera y recibir el premio celestial para el cual Dios, a través de Cristo Jesús, nos está llamando”. (Filipinas 3: 13-14)