17 de mayo del 2021

by Kimberly Hobbs 

EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Tú, dulce hermana, nunca entenderás realmente tu verdadera identidad a menos que puedas asentar en tu corazón que TÚ eres una hija de nuestro Padre Celestial. ¡Le perteneces! ¿Estás actuando como si fueras suyo?
La Biblia nos dice que “a todos los que lo recibieron (a Jesús) a los que creyeron en su nombre, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios”.
Te animamos a asentar esto en tu corazón querida mujer, creada por Dios. Cuando establezcas tu vida de pertenencia a Él, tu vida cambiará.
Cuando comprendes que tienes un Padre con amor incondicional por ti, esperando tener una relación contigo, es entonces cuando tu confianza aumenta. Adoptas una fuerza sobrenatural, porque las cosas comienzan a suceder por Su poder, no por el tuyo. Él te ama y desea lo mejor para tu vida. ¡Él NUNCA te deja ir!
Como hijos de Dios tenemos privilegios, ¿te das cuenta de esto?
Tenemos un hogar para vivir por la eternidad.
Recibimos muchos dones de nuestro Padre.
¡Tenemos una herencia! (Jeremías 29:11)
“Porque yo sé los planes que tengo para ti, dice el Señor. Planes para prosperar y no dañarte, planes para darte una esperanza y un futuro”. Todos necesitamos esa preciosa esperanza que nos da Jesús.
Su amor incondicional por nosotras como sus hijas nos da una razón para respetarlo, amarlo, honrarlo y alabarlo. También debemos obedecer a nuestro Padre Celestial. Tiene reglas para nuestro bienestar.
Confía en tu Padre Celestial, ¡definitivamente es alguien sin quien no querrás vivir!