Dios nos invita a compartir su santidad. Él desea que Su santidad viva dentro de ti.
Como hija de Dios, nuestro Padre Celestial quiere que estemos separados de todo lo que es impío y que permitamos que Su santidad crezca dentro de nosotras.
“Pero así como el que os llamó es santo, sed también vosotros santos en todos; porque escrito está: sed santos, porque yo soy santo”. (1 Pedro 1: 15-16)
Jesús es nuestro mayor ejemplo en la tierra de una vida santa en carácter. Se dedicó a la voluntad de Dios en su vida. ¿Deseas lo mismo?
Cuanto más adoramos a Dios, más veremos Su santidad, integridad, pureza y bondad, lo que a su vez nos ayudará a ser santos, puros, completos y mejores como las mujeres de Dios que deseamos ser.
Una mujer conforme al corazón de Dios … ¿es ese tu deseo?
Llegar a ser santo debería ser una meta para nuestras vidas. Por supuesto que no queremos tener una actitud de que eres más santo que sobre los demás, ¡NO, por supuesto que no! Pero un estilo de vida verdaderamente santo como Dios es uno en el que podemos bendecir a otros.
Desear llegar a ser como Cristo es algo que oro por nuestras queridas hermanas en este ministerio y por sus vidas como líderes, así como por la mía.
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso. Seamos santos como Él es santo. Amén.