EMPODERANDO VIDAS CON UN PROPÓSITO:
Muchas de nuestras preciosas mujeres han caído bajo ataque. ¡Hay esperanza en medio de tu dolor, dulce mujer de Dios!
Dios te invita a no retener nada, ni siquiera tus emociones crudas. Me encontré con este versículo esta mañana mientras escribía para nuestro nuevo libro VICTORIES, el libro de nuestra WWL que se lanzará a finales de este año.
“Levántate, clama en la noche, al comenzar las vigilias de la noche; derrama tu corazón como agua en la presencia del Señor. Levanta tus manos hacia Él”. (Lamentaciones 2:19)
Las promesas que Dios le hizo a Jeremías, también te las hace a ti, amiga mía. Mientras derramas tu dolor a Dios, mientras estás rodeada de dificultades, cuando tu corazón es traspasado, cuando estás rodeada de amargura o siente que tus oraciones no son escuchadas, en tu hora más difícil, clame a Dios. Su compasión por nosotras nunca falla. ¡¡¡NUNCA FALLA!!!
Hay esperanza en medio de tu dolor. Te espera una victoria. Servimos a un Dios victorioso. La oscuridad, el desamor, la incertidumbre, el dolor, no son permanentes. Se que no es fácil, siento tu dolor junto con algunas de ustedes cuando vienen a mí con el corazón cargado. Igualmente a menudo llevo una carga pesada, Dios me la aligera cada día mientras mis ojos miran hacia los cielos …
Mira al Creador del cielo y de la tierra querida hermana. Él siempre está ahí para consolarnos. Dios ha puesto este sentimiento de tristeza en mi corazón para reconocer lo que muchas de ustedes están experimentando en este momento.
Si bien muchas de nuestras hermanas enfrentan ataques, pudiéramos recordar que debemos orar las unas por las otras y acercarnos las unas a las otras y a nuestro Salvador? Mira a tu alrededor, no estás sola con tus problemas. Solo Él tiene nuestras respuestas.
Recuerda, el Señor es bueno con nosotras que lo buscamos, confiamos en Él y lo esperamos en silencio.
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, siempre dispuesto a ayudar en momentos de necesidad”. (Salmo 46: 1)
“¡Regresen al lugar seguro … todos ustedes … que todavía tienen esperanza! ¡Les prometo este mismo día que les devolveré dos bendiciones por cada uno de sus problemas! (Zacarías 9:12).